viernes, 24 de agosto de 2012

DIÁLOGO POR CAJAMARCA Y POR EL PERÚ

Ante los últimos acontecimientos relacionados con la problemática de Cajamarca, comunicamos a la opinión pública lo siguiente:

1.        Observamos el inicio de un nuevo escenario entre los diferentes actores de esta problemática: Gobierno Central, Gobierno Regional de Cajamarca y minera Yanacocha-Newmont. Como la opinión pública ha podido conocer últimamente, se comprueba la oposición mayoritaria de la población cajamarquina a la realización del proyecto minero Conga en las actuales condiciones.

2.        Durante el último mes y medio de nuestro servicio al país hemos desarrollado una intensa escucha de todos los actores para crear condiciones que lleven a un proceso de diálogo que permita a las partes encontrar soluciones adecuadas.

3.        En este tiempo ha habido aportes a la discusión política y técnica en torno a temas que siguen causando inquietud a la población de Cajamarca. Asimismo, ha cesado la violencia y se ha restablecido un clima de tranquilidad en la región, y el gobierno central y la empresa han nombrado a sus representantes para encaminar un proceso de entendimiento.

4.        En este proceso se han presentado impasses que no permitieron sentar en una sola mesa a todas las partes involucradas. Sin embargo, hemos transmitido el sentir y las preocupaciones reales y legítimas de la población de Cajamarca.

5.        En nuestra condición de facilitadores reafirmamos que seguiremos actuando imparcialmente, procurando acercar a las partes, con la clara conciencia que no somos jueces, ni tomamos las decisiones, ni damos las soluciones a los problemas existentes, puesto que esto le corresponde a las partes.

6.        Creemos que hoy se abre otro escenario: el de la Reconciliación con Cajamarca. En este nuevo proceso sostenemos que el Gobierno Central, Gobierno Regional y la empresa minera deben retomar un diálogo sincero con la finalidad de atender los temas que siguen preocupando a la población de Cajamarca, muchos de los cuales se han evidenciado con este conflicto social. Sanar heridas es una tarea irrenunciable para crear un clima de confianza y entendimiento que permita, en un futuro cercano, hablar verdaderamente de bienestar y progreso.


7.        Debemos comprender que la población de Cajamarca quiere vivir en armonía social, participando en la discusión de su modelo de desarrollo y dejando de lado etiquetas de “promineros” o “antimineros”. En este tiempo hemos sido testigos de que ellos desean que se reabran las mesas de diálogo sobre temas importantes, como los estudios de impacto ambiental, el ordenamiento territorial, las cabeceras de cuencas y la calidad y cantidad de agua.

8.        Esta situación debe ayudar a concientizar a las empresas mineras sobre su responsabilidad real para con la población, más allá de sus obligaciones legales; y el Estado debe tomar conciencia sobre su irrenunciable papel como supervisor constante de las labores de estas empresas, privilegiando siempre el bienestar común de la población.

9.        En esta nueva etapa todos debemos hacer el esfuerzo por volvernos a encontrar. El Perú no puede seguir fragmentado. No podemos perder esta gran oportunidad de reconciliación, unidad y compromiso entre cajamarquinos y entre peruanos.

10.   El camino debe guiarnos hacia la construcción de una agenda amplia que permita abordar temas como la investigación sobre las pérdidas de vidas humanas durante este conflicto, la remediación de los pasivos ambientales producto de la actividad minera, el desarrollo de la competitividad económica de Cajamarca y la inversión social del Gobierno Central y del Gobierno Regional en aspectos tan trascendentales como salud y educación.

11.   El diálogo es el único camino para solucionar las diferencias, por eso nunca debemos renunciar a él. Nuestro compromiso en este sentido es irreductible y llamamos a sumar esfuerzos para construir confianza y asumir compromisos por el bienestar de los peruanos que vivimos en este país maravilloso, y por los que vendrán en el futuro.

12.   Queremos felicitar a la población Cajamarquina por haber mostrado en estas últimas semanas su vocación pacífica, de lo cual estamos orgullosos, y ojalá que un conflicto social nunca más cause la pérdida de ninguna vida humana, considerando que la vida humana es la mejor riqueza de un país. Mostramos nuestra disposición a siempre colaborar al diálogo y al entendimiento para lograr caminos de solución a este problema.

Lima, 24 de agosto de 2012.

               Mons. Miguel Cabrejos                                    P. Gastón Garatea

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